miércoles, 16 de enero de 2013

¿Y qué tal con tu portátil de Apple? (Parte I)

Llevo poco más de un año con mi Mac Book Pro, el portátil de Apple. Y creo que es momento de hacer unas pequeñas reflexiones sobre mi experiencia. Sobre lo que me ha gustado, disgustado, sorprendido, etc... de este año con mi primer ordenador de Apple.

Empecemos por una valoración general de la experiencia: la experiencia ha sido buena. Pero... ¿no ha sido excepcionalmente buena? ¿asombrosa? Pues... no. Es un ordenador. Al fin y al cabo simplemente hace lo que tú digas que haga (a veces ni eso). Pero no me limpia los zapatos, no me hace la compra, ni me lleva el desayuno a la cama... aunque tenga una manzanita mordida en la tapa :)

Pero sí que ha habido cosas que me han sorprendido:

  1. Nunca lo he tenido que reiniciar porque se cuelgue. Y lo he utilizado el 99% de los días y varias horas seguidas cada día.
  2. La batería sigue durando más de 5 horas. Sí, sorprendente ;)
  3. Programas de serie como: iPhoto, iMovie y GarageBand (e incluso Vista Previa), que venían preinstalados en el ordenador, son fantásticos programas que me han evitado tener que instalar programas de terceros.
  4. El Multi-touch trackpad (el rectángulo hecho de vidrio sensible que sirve para manejar el ratón y que además es un botón). Ya no utilizo ratón, todo lo hago desde el pad, es muy sensible, y muy práctico. La verdad es que nada parecido a los pads que he utilizado en otros portátiles. Su gran diferencia es su sensibilidad y los gestos múltiples para moverse entre ventanas, hacer scroll, etc...
  5. Las reacciones que provoca cuando lo sacas de la mochila. Sí, yo estoy acostumbrado a ver la manzanita en mi portátil, pero el resto del mundo parece que no. Siempre que lo saco, alguien comenta algo.

Seguiré comentando en los próximas entradas...
Saludos,
Raúl.

domingo, 6 de enero de 2013

OS X te cambia automáticamente el nombre del archivo al que necesitas.

En Mac te llevas sorpresas permanentemente, hay operaciones que de repente ponen en tu cara una sonrisa de extrañeza y de cierta satisfacción (sí, ese tipo de cara existe, bien lo sabemos los maqueros).

El otro día puse una de esas caras, fue al duplicar un archivo. Pinché encima, arrastre levemente dentro de la misma ventana, pulse la tecla "opción" (o "Alt"), y solté. Normalmente te crea el archivo con el nombre "Copia de..." y el resto del nombre original. Pero esta vez no. Sorpresivamente, me cambió el nombre de manera diferente.

El archivo en cuestión terminaba en un número, concretamente 2012 (el año), pues OS X me cambió el nombre al mismo que estaba pero sumándole un dígito al número que tenía en el nombre del archivo original.

Otro detalle que just it works!

Saludos,
Raúl.